Según Luis E. Valcárcel, Chinchero fue una fundación del inca Túpac Yupanqui, es decir, una residencia palaciega en un medio campesino. El inca mandó erigir adoratorios, baños, andenes y el gran palacio real en 1480. Las crónicas relatan que el gobernante murió en oscuras circunstancias. Algunos creen que fue envenenado por su princesa favorita, Chiqui Ocllo, aunque también pudo ser la propia coya Mama Ocllo, quien resintió la preferencia del inca por el hijo de su concubina. En la lucha por el poder fueron exterminados todos los partidarios de Chiqui Ocllo, incluyendo a la princesa. El hijo del Inca, Cápac Huari, fue confinado de por vida en la cárcel de Chinchero.
Hacia 1540, el rebelde Manco Inca en su huida hacia Vilcabamba, incendió Chinchero para evitar que sus enemigos pudieran abastecerse.
Actualmente, Chinchero cuenta con una población que supera los 15 mil habitantes, compuesta por doce comunidades indígenas que mantienen el sistema de los ayllus, aunque ya no corresponden al sistema de organización vigente antes de la conquista española. Estas comunidades, siguiendo con el sistema de organización del Tahuantinsuyo, nombran directamente a su máxima autoridad: el varayoc. Chinchero es uno de los pocos lugares en donde se conserva la forma tradicional de comercialización denominada trueque.
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